“Todos se quejan de los precios” intentó sonar diplomático Hugo Moyano, líder de la CGT. El sindicalista se encuentra en una posición incómoda, cercano al peronismo y al gobierno, realizar una crítica para él resulta trabajo de cirujano. Es entonces que apela a la fuerza de la mayoría: Mientras a más personas les suceda, más difícil resulta tapar un hecho.

Ni la inflación ni la relación Moyano gobierno son nuevos, los aumentos de sueldos correspondientes tampoco. Las negociaciones salariales se presentan como otro desafío, pero a priori no parece ser amenaza suficiente para la CGT ni para el gobierno. En especial el líder del primero sabe demostrar con actos que tiene la espalda suficiente como para jugar de doble representante (del gobierno y de los sindicatos). Y el gobierno, pese a las elecciones del 28, demostró que aún tiene fuerza incluso en el Congreso.

Y si las intervenciones del INDEC, el “negacionismo”, y las negociaciones han surtido el efecto suficiente para el gobierno, todo indica que no habrá mayores cambios ahora. Por lo que se espera otra nuevo aumento, los cinturones apretados y todos contentos.